domingo, 6 de noviembre de 2011

Si yo fuera mi padre...

Si yo fuera mi padre amaría incondicionalmente a mi esposa y le diría que ella es una
de las personas más importantes en mi vida, que sin ella no hubiera logrado ni la
mitad de las cosas que ahora tengo. Si yo fuera mi padre, le diría a mi esposa que
aunque reniegue de sus actitudes, ella es la primera en la que tengo que confiar, porque
sin ella, el éxito que he alcanzado es por todo lo que como instinto de madre o mujer,
ha sabido manejar.
Si yo fuera mi padre, amaré y escucharé a mis nietos como no lo hice con mis hijos.
Si yo fuera mi padre, sacaría a jugar a mis nietos con la pelota al parque o los
llevaría a algún lugar a pasear, como no lo hice con mis hijos.
Si yo fuera mi padre, conversaría todos los días con mis hijos, y si no tengo tiempo,
llamarlos al nextel y decirles que aunque estoy muy cansado, quiero compartir
una cena amena con ellos, que no importa que estén lejos o que no tengan para su
taxi, solo quiero que estén sentados conversando todos juntos, preguntándonos
cómo nos fue en el día. Terminar y echarme a la cama sintiéndome satisfecho de
haberlos tenido juntos.
Si yo fuera mi padre, no renegaría de mis hijos y del comportamiento o decisiones
que tienen, ya que quizás fui yo el del error al haberlos acostumbrado a tantos
beneficios que a la larga se convirtieron en privilegios que no merecen.
Si yo fuera mi padre, tomaría un domingo de descanso y les diría a todos
los miembros de casa que : Al menos un día de descanso merecemos,
porque mañana o más adelante no sabremos lo que el destino nos tiene preparado.
Si yo fuera mi padre, abrazaría a mi hija y le diría que en casa hay más amor que
el que pueda encontrar en otro lugar, que su madre y hermanos la amamos como
no se lo imagina o se lo espera, y que como padre, se siente orgulloso de ver a su
hija tan dispuesta a mejorar en su vida.
Si yo fuera mi padre, abrazaría a mis hijos y les diría que no han cometido ningún error
garrafal en sus vidas, es solo que Dios ha querido que las cosas se den de ese modo para
ponernos a prueba y ver qué tan capaces somos de conquistar nuestras metas y de salir
adelante como él lo espera.
Si yo fuera mi padre, descansaría del estrés y les diría a mis trabajadores que si no
luchan con pasión por lo que quieren de la vida, nunca encontrarán la luz que se merecen
en el día.
Si yo fuera mi padre, llamaría a mis hermanos y les diría que pese a los problemas que tengamos
como familia, siempre prevalecerá el amor que algún momento sentimos dentro de nuestros
jóvenes corazones.
Si yo fuera mi padre, le diría a Dios que cuide muy bien de las personas que se han ido, y que
me guarden en su gloría para seguir protegiendo de los míos.
Si yo fuera mi padre, abandonaría la amargura y llenaría mi vida de emociones tan bonitas, que
desearía siempre levantarme de la cama para continuar con la rutina de siempre, esa que
nunca me cansa porque es lo que hago y es lo que amo.
Si yo fuera mi padre, simplemente trataría de averiguar en verdad cómo es él.