lunes, 17 de octubre de 2011

Primera página

Empezar a escribir un libro no es nada fácil; sobre todo para un accidentado “ hombre “ como yo, que no tiene ni 20 años en el mundo pero ya conoce ciertas debilidades que cualquier humano común llama HOMOSEXUALIDAD. Desde muy pequeño siempre me ha gustado averiguar, observar, curiosear por ahí. Será por eso que, siempre y cada vez que algo malo hacía, sentía que descubría un universo paralelo a lo que ya todos conocen. Hasta ahora siento que muy pocas personas me entienden o ¿será que solía estar rodeado de puros ineptos que les costaba escuchar con atención? (me considero tan o más inepto que ellos, nunca presto atención cuando algo no es de mi interés). A mis 17 años, algunos meses atrás de haber escrito esto, tuve que recurrir a los servicios de un profesional para que atendieran las “dudas “; no mías, sino las de mi padre. Éstas no sólo ayudaron a que mi progenitor entendiese que la homosexualidad no es una enfermedad o un problema, ayudó también a que me diera cuenta en el tormentoso círculo sentimental y emocional en el que me encontraba tontamente perdido. La ayuda que recibía logró en mí que abriera los ojos y despertase de lo grave que me encontraba, se agradece. Al salir, me despedía de la psicóloga con un delicado ósculo en su mejilla como cuidándola de lo doloroso que puede ser acercarse cuando estoy irritado, cerraba la puerta, caminaba unos cuantos pasos y al llegar a la esquina de la cuadra, ya ni el nudo en mi garganta ni las lágrimas en mis ojos podían más, ambas se tornaban autónomas y se hacían sentir cuando yo no las aguantaba. Tenía un llanto callado, un silencio único y atrasado que era arrastrado con mucha cautela a través de los años; según yo, era muy bueno escondiendo las cosas. Siempre, y cada vez que ya no aguantaba, mi salida del bombardeante cuarto de preguntas (consultorio) era un dolor o vacío que se notaba en mis húmedos ojos, quizás rojos. Hasta ahora no he mencionado los por qué de esos inevitables sucesos y no pienso hacerlo hasta que lo analicen con su lectura.

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