lunes, 17 de octubre de 2011

Y la tercera


Es un historial que muchos de mis más cercanos amigos ya conocen o un historial que la mayoría de pasivas envidiosas desean averiguar para “destruirme”. Aquí les muestro el porqué de la similitud de mi historial con el resto:
A: Oye, ¿Conoces a …… ..... ?. Me acosté con él hace dos días.
B: Jaa! ¿En serio? No lo conozco, debiste haberla pasado muy bien entonces porque un amigo me comentó que ese brother lo hace mejor que un dios griego. (Mentira, fui yo quien se acostó con él primero).
A: No me he acostado con Zeus aún pero creo que...... ….. lo supera ;).
B : Fácil ah. Oye me tengo que ir, cuídate mucho un abrazo.
… Y en la mente de B: Ay, si supieras que yo me lo comí primero. Pero bueno ahora ambos somos unos puntos más en la lista de ese pendejo.
¿Ahora entienden? No sé si nuestro mundo es muy pequeño o si nuestros deseos sexuales muy rápidos de realizarse; lo que sí sé es que, los míos y los nuestros, seguirán dándose gracias a nuestra infalible amig@ el/la internet. Es tan pendej@ que no tiene género. En la actualidad no es nada difícil encontrar a alguien cerca por la web que esté buscando lo mismo que tú. ¿Qué? Tú y yo ya sabemos qué. Siempre es sencillo para un gay extrovertido o popular encontrar sexo, ya sea un buen oral en un baño público o dentro de una disco o una cogida de bolas “intencionalmente”. Para mucha gente y de hecho que también para mí, el sexo se encontraba escondido detrás de un clic, mensaje de texto, alerta o llamada, siempre estaba muy cerca, siempre  tan disponible y siempre tan provocador.

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